
Sin embargo, si no buscan la asesoría de un
médico especialista en la materia, podrías correr el riesgo de estar
confundiendo el colon irritable, con algo más serio como la enfermedad de Crohn
o la colitis ulcerosa o incluso confundir estas últimas entre si, por ellos hoy
queremos ayudarte a diferenciar entre estas tres enfermedades intestinales.
La colitis ulcerosa en cambio no lesiona el intestino delgado ni causa granulomas o fístulas. Esto es así porque en la enfermedad de Crohn, la inflamación penetra en toda la pared intestinal, de manera que queda engrosada, mientras que la colitis ulcerosa sólo afecta a la parte más profunda de la pared intestinal.
El
síndrome de intestino irritable tiene síntomas parecidos a
la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa que son enfermedades inflamatorias
intestinales, pero no muestra problemas morfológicos o metabólicos que
justifiquen los síntomas. Es decir, aparentemente no existe inflamación, pero
si alteraciones de motilidad que produce estreñimiento y diarrea
indistintamente y un exceso de gases e hinchazón abdominal. La causa de este trastorno parece ser psicológica
y psicosomática, aunque las alteraciones hormonales también influyen en
mujeres.
La
enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son dos enfermedades
inflamatorias de causa “desconocida” y de carácter autoinmune. Que sean de
carácter autoinmune quiere decir que surgen como resultado de un desequilibrio
en el sistema inmunológico que se “confunde” y ataca al propio organismo, en
este caso a los intestinos produciendo inflamación, úlceras y erosión de la
mucosa.
Diferencias
entre la enfermedad de crohn y la colitis ulcerosa:
Mientras la enfermedad de Crohn puede afectar a cualquier parte del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano, la colitis ulcerosa se limita al colon.
Entre sus diferencias se encuentran también las lesiones que provocan. Por ejemplo, la enfermedad de Crohn lesiona el intestino delgado de forma preferente y puede originar granulomas (masas en forma de esferas compuestas por células del sistema inmunitario que se agrupan cuando intentan aislar sustancias que el cuerpo no reconoce) y fístulas (fisuras que se abren en la piel o en las mucosas).
La colitis ulcerosa en cambio no lesiona el intestino delgado ni causa granulomas o fístulas. Esto es así porque en la enfermedad de Crohn, la inflamación penetra en toda la pared intestinal, de manera que queda engrosada, mientras que la colitis ulcerosa sólo afecta a la parte más profunda de la pared intestinal.
Otra de las diferencias entre colitis
ulcerosa y Crohn es que esta última puede dejar áreas normales entre las áreas
afectadas por la inflamación, algo que no ocurre en la colitis ulcerosa.
Estos 3 trastornos tienen en común varios
síntomas, y además estos también son parecidos a los síntomas de una infección
por parásitos, por virus o por hongos, lo que muchas veces dificulta el diagnóstico
concreto del problema:
Pérdida de apetito
Nauseas o vómitos
Dolor abdominal tipo cólico o punzadas
Diarreas
Gases
Debilidad digestiva, todo parece “sentar mal”
Debilidad general del organismo por la
malnutrición
El tratamiento integral de todos estos
trastornos se basa en discernir las causas del problema, ya sean causas
inflamatorias autoinmunes, infecciosas o nerviosas. En mi caso, una vez
esclarecidas las causas elaboro una terapia personalizada y ayudo al paciente a
llevarla a cabo, que casi siempre suele ser lo más complicado. De nada sirve
dar unas “instrucciones” sin acompañar en el proceso, porque la mayoría las
personas encuentran dificultad precisamente ahí, en la realización de los
cambios:
Mejora nutricional asegurando la ingesta
suficiente de nutrientes cambiando alimentos perjudiciales por otros que ayuden
a mejorar la enfermedad. Con todo la anterior podemos recuperar la microbiota
(flora intestinal)
Cambio de hábitos, mejorando el descanso, la
calidad del sueño, el ejercicio físico, la forma de cocinar, los métodos de
higiene, etc.
Manejo del estrés, ya que es una de la causas
principales del síndrome de colon irritable y uno de los desencadenantes más
frecuentes de las crisis de la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
Suplementación adecuada. En cada caso las
causas son muy diferentes y las circunstancias nutricionales también suelen
serlo, por eso no se debería administrar los mismos suplementos por protocolo a
todo el mundo; debemos elegir los mejores suplementos para cada caso, no solo
para minimizar los síntomas, sino también para espaciar las crisis y trata el
problema de base (por ejemplo el desequilibrio del sistema inmunológico).
Si tienes problemas digestivos y/o
intestinales, además de los síntomas propios de tu trastorno, seguramente
sientas desesperación y un malestar general que te impide hacer vida normal y
afecta a todos los niveles de tu vida, por eso necesitas una terapia integral
que te ayude a recuperar tu calidad de vida y te acompañe en cada fase del
proceso.
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